“Todo es magia. La vida sin magia no es vida”. Así se expresa la pintora y escultora Yolanda Pantoja Fuentes, originaria de Yucatán, pero quien radica en Cuernavaca desde hace muchos años.
La fantasía y el misticismo son dos de los temas presentes en el trabajo creativo de esta gran mujer, cuyo nombre artístico es Yolanda Quijano y quien, desde hace varios años, considera a la magia como forma de vida. Y ello se refleja en las corrientes artísticas de su obra: realismo mágico, figuración, expresionismo abstracto y surrealismo.
Mujer y creación
Una de las grandes fuentes de inspiración de la creadora es la mujer, y en su obra la figura femenina está siempre presente, ya sea a través de figuras míticas, como sirenas a las que interpretado de una manera diferente, doncellas medievales, vírgenes, ángeles y constantes retratos de Sor Juana Inés de la Cruz, a quien admira profundamente.
“Creo que en mi obra hay magia, y la gente la puede percibir; hay un misterio. La inspiración la tengo todo el tiempo: vive conmigo; siempre tengo la necesidad de crear algo. En el momento en el que piso el umbral de mi estudio, me atrapa y ya no quiero salir de ahí; y si estoy en otra parte, estoy pensando en arte”, expresa.
Cuando la artista era apenas una niña, le interesaba crear cosas nuevas; sin embargo un pequeño accidente la hizo cambiar de opinión: “Yo pensaba en ser inventora; a esa edad me preguntaba qué podía inventar. Una vez, me puse a hacer tarugadas en el patio de mi casa, recogí todo lo que me encontré tirado en el suelo e hice una fogata. En una vasija coloqué todo lo recolectado; me acerqué a la fogata y me quemé las pestañas y cejas. Esa fue mi entrada y salida a la invención”.
Sus gustos e intereses estuvieron siempre enfocados a la ciencia y la invención. En su etapa como estudiante, se interesó por la Química y la Medicina, y fue esta última la que eligió como carrera. Al casarse, tuvo que abandonar los estudios y dedicarse al hogar, pero este tiempo lo aprovechó para pintar, iniciándose de manera autodidacta; aunque el dibujo y las formas la han acompañado desde su infancia.
“La pintura siempre la sentí en mí, me gustan las formas. Cuando me casé y me quedaba sola en la casa, hacía figuritas todo el tiempo para distraerme. A veces dibujaba lo que me rodeaba: a la chica que trabajaba conmigo, a mis hijos y todo lo que podía. Así empecé. Un día, un pariente vio mis dibujos y me dijo que él podía darme clases, y así fue un tiempo, pero ya no pude continuar. Después, tomé unos cursos en el parque de Chapultepec, en el Distrito Federal. Amigas que eran amas de casa me animaron a tomar clases en La Esmeralda, Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, pero no tenía dinero para ir y estaba muy delicada de salud; no podía económicamente, pero me animaron. Entonces, entramos a un curso libre. Siempre conté con el entusiasmo de mis compañeros”, rememora la madre de los también pintores Adriano Silva Pantoja y Alejandro Quijano.
Yolanda Quijano es miembro de la fundación Summa de Talentos, organización sin fines de lucro fundada y dirigida por su hijo Alejandro, y cuya misión es fomentar el bienestar individual, económico, intelectual y social a través de las artes plásticas o visuales. Además, es parte del cuerpo de Honor de la Sociedad Cultural Sor Juana Inés de la Cruz en la Ciudad de México.